jueves, 2 de agosto de 2018

Espíritu de familia

La pertenencia a la misma Asociación y la vocación común, transforma a los Cooperadores Avemarianos en hermanos espirituales. Siendo todos uno como Cristo es uno con el Padre, así viven en comunión fraterna mediante los vínculos característicos del espíritu de Miguel Fenollera.

Comparten con alegría la “vida de familia” de la Asociación para conocerse e intercambiar experiencias y proyectos apostólicos y crecer juntos.

Como un modo de crecer en la comunidad, los Cooperadores Avemarianos se apoyan recíprocamente, sobre todo, con el intercambio de bienes espirituales.[1]




[1] Estatuto, Art. 18

domingo, 22 de enero de 2017

María Esclava del Señor

    Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño.

Resultado de imagen para maria y el niño jesus     En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes. Mirándola descubrimos que la misma que alababa a Dios porque «derribó de su trono a los poderosos» y «despidió vacíos a los ricos» (Lc 1,52.53) es la que pone calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia. Es también la que conserva cuidadosamente «todas las cosas meditándolas en su corazón» (Lc 2,19).

    María sabe reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles. Es contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida cotidiana de cada uno y de todos. Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y también es nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás «sin demora» (Lc 1,39).

    Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización. Le rogamos que con su oración maternal nos ayude para que la Iglesia llegue a ser una casa para muchos, una madre para todos los pueblos, y haga posible el nacimiento de un mundo nuevo.[1]




[1]Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Santo Padre Francisco, 288

viernes, 8 de enero de 2016

EL EVANGELIO DE LA ENCARNACIÓN

Fundamento evangélico de la Encarnación en el laico Avemariano


“El núcleo fundamental de la espiritualidad Avemariana es CRISTO RESTAURADOR DE LA HUMANIDAD. Nuestra dimensión apostólica se fundamenta en la restauración del hombre en Cristo, mediante el apostolado. Los Cooperadores Avemarianos ponen como meta de su dimensión espiritual, la identificación con Cristo: “No vivo yo es Cristo quien vive en mí”.

El Cooperador Avemariano contempla a Cristo que baja de los cielos a la tierra; que viene “no a buscar a los justos sino a los pecadores”, y que baja “no para ser servido sino para servir”. El Cooperador Avemariano, en cuanto ha fortalecido su espíritu, se entregará al apostolado, no entre la delicadeza de los justos y prudentes, sino entre la rudeza de los ignorantes, para servirles, educarles, instruirles; en una palabra para regenerarles en Cristo; y esto en toda circunstancia, porque como dijo Cristo, “siempre tenéis pobres con vosotros”[1]



[1] FENOLLERA, M. Cf. Espejo Avemariano, Valencia 1915, punto IV